Encontrarse con el otro tal cual es
Hace años alguien
me dijo que amaba a su marido no a pesar de sus defectos sino a partir de sus
defectos. No lo capté del todo. Me
imaginé “ok lo quiere porque lo malo y lo bueno vienen bajo el mismo envoltorio”.
Recién ahora después de 1 año y 2 meses de convivencia entiendo lo que me quiso
decir.
Cuando
uno ve bajo el cristal del amor cambia la perspectiva. Es la única forma de
querer a alguien de verdad. No es un “lo amo a pesar de” sino “lo amo como es”.
Creo que sólo se puede lograr en las situaciones donde los defectos del otro
permitan que la relación fluya. Y eso depende de la combinación de
personalidades. De lo contrario se convierte en un sacrificio. Y eso es otra
cosa.
Conozco
una pareja donde la mujer, con tal de encajar con la personalidad de su marido,
se fue apagando. Él es tan ácido, inconformista e inseguro, que ella dejó de
expresar ciertos sentimientos con tal de “no despertar a la bestia”. Ella habla
cada día más bajo, no se ríe a carcajadas, no hace nada “fuera de lugar”. Muy
triste.
Valoro
en cambio la valentía de mujeres que eligen ser felices por ellas mismas y no
depositan sus vacíos en sus parejas. Ayer mismo, hablaba con una amiga que
encontró en el surf su plenitud. Los días que va a surfear se cargan de
energía, adrenalina, diversión, desafío y felicidad. Surfear la volvió más
segura, independiente, alegre, ágil y flexible.
Ahora que viene mi hijo Alejandro, espero ser
de las madres del estilo “surfistas”, quienes saben quererse por ellas mismas y
aceptan a sus hijos como son, sin querer moldearlos a sus expectativas. Espero
aprender a amar sus debilidades y defectos tanto o más que sus virtudes. Espero
que él me enseñe a querer de un modo distinto. Nosotros lo estamos esperando
con todo nuestro amor.
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