Miedo a acostumbrarme
A medida que pasan los días y los meses, me voy haciendo mi rutina. A veces uno se va lejos de su país para huir de las rutinas y luego de un tiempo en un lugar diferente, termina cayendo en una nueva. Es así, el hombre es un animal de costumbres. Poco a poco voy encontrando mi lugar, mis tiempos, mis espacios, mis amigos y ese Tamarindo al que llegué el 10 de diciembre ya no me resulta tan extraño. En los últimos dos meses, me dediqué muy fuerte a mi trabajo y perdí un poco la conciencia acerca de las muchas razones por las que vine acá. Una de ellas es justamente tratar de mejorar el balance entre vida laboral y vida personal/social/espiritual. Y al principio fue así pero luego, y sobre todo, desde que tengo este trabajo en la Asociación de Desarrollo, ese balance se fue perdiendo y pasaba varias horas fuera de casa. Muchas reuniones, marchas (si, una marcha por el reclamo de agua), eventos, etc. Ahora me propuse bajar un cambio y tratar de disfruta